Muchos pisos tienen el problema de ser demasiado oscuros, sobre todo en algunas habitaciones. Esto se debe principalmente a que el espacio disponible para las ventanas es muy limitado. Así, por ejemplo, los recibidores y los baños no suelen tener ventanas. Sin embargo, otras habitaciones pueden no ser todo lo luminosas que necesitan. Por tanto, está claro que hay que garantizar la iluminación de otras maneras. No es tarea fácil.
La mejor luz es, con diferencia, la luz natural. Por eso debemos intentar que entre la mayor cantidad de luz posible en nuestras casas. Para ello, puedes utilizar objetos con superficies reflectantes, como los espejos. Los espejos no sólo reflejan la luz del sol e iluminan un espacio, sino que también lo amplían visualmente. Esto es especialmente útil en habitaciones pequeñas. Basta con ajustar el espejo para que la luz se refleje donde sea necesario.
Por supuesto, este truco no funciona en todas partes. Algunas habitaciones no tienen luz suficiente. En esos casos, hay que recurrir a la iluminación artificial. Sin embargo, hay que tener cuidado al elegirla, sobre todo si se pasa mucho tiempo en ella. El tipo de luz que llega a los ojos es muy importante.
En primer lugar, es importante asegurarse de que las bombillas y los fluorescentes proporcionan todo el espectro del sol y no sólo la parte coloreada. Para evitar que la luz artificial destruya nuestros ojos, hay que incluir todas las partes de la luz natural. Sin embargo, incluso con la tecnología actual, esto no es fácil de conseguir. Por lo tanto, en este caso debemos estar dispuestos a pagar un sobreprecio. Sin embargo, se trata de una necesidad esencial si vamos a pasar mucho tiempo bajo esta luz.
Por lo tanto, lo primero que hay que planificar antes de mudarse a cualquier sitio, especialmente a un piso, es la iluminación. No sólo es necesaria para tu salud física, sino también para tu bienestar psicológico. A no ser que sufras depresión, por ejemplo, es buena idea que en tu casa entre la mayor cantidad posible de luz natural
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